sábado, 27 de diciembre de 2014

Las revoleadas

Me enojo de un microsegundo a otro, y destapo mi ira tirando cosas. Estampándolas en el piso, golpeando, pateando, revoleando cosas. Muy probablemente, sea que por unos segundos esté loca. Literal, cualquier cosa pasa por mi mente. Y de ahí a que lo haga hay un largo trecho, porque la mente y el corazón actúan distinto.
Hoy. Recién levantada. Graciela:
¿Vas a la verdulería? ¿Cuándo vas a cambiar el regalo de navidad?
No tengo ganas, no sé.
¿Levas a comprar la pastilla al perro?
Me-acabo-de-levantar. DEJAME  EN PAZ.
Tiré una vainilla tan dura porque quedó el paquete abierto, que golpeó fuerte el vidrio.
LA cara de Gache. Bajala negri, me acabo de levantar, es sábado 27 de dicembre, AFLOJALE a la vida. Bye.

La historia de las revoleadas: les conté a giles amigos en gracia la vez que tiré una silla al piso porque había tenido mal día y apenas llegué a mi casa a mi señora madre se le ocurrió darme el sermón de que tenía que estudiar "algo de verdad"...
Ahora, cada vez que digo algo como "me compré una bici nueva" me responden "no se la revolees a tu vieja". Ok, me lo gané. As everything in life.