viernes, 28 de febrero de 2014

Iba a ir a ver a Aristimuño, es viernes, y me llamás una hora antes para ir a trabajar. Sos inhumano hermano!

viernes, 14 de febrero de 2014

“Os Fusilarán a todos, nadie va a quedar con vida, huyamos compañeros, sigamos la huelga indefinidamente hasta que triunfemos. No confiéis en los militares, es la traílla más miserable, traidora y cobarde que habita la tierra. Son cobardes por excelencia, son resentidos porque están obligados a vestir uniforme y a obedecer toda su vida. No saben lo que es el trabajo, odian a todo aquel que goza de libertad de pensamiento. No os rindáis compañeros, os espera la aurora de la rendición social, de la libertad de todos. Luchemos por ella, vayamos a los bosques, no os entreguéis.”
Se golpea los puños, se pega en el pecho, grita, hasta se le caen las lágrimas al gallego cuando la gente no responde nada. Ahí está Antonio Soto, alto, con una gorra revolucionaria, hablando de lo que es la libertad. Trata de levantar con sus palabras un ánimo definitivamente muerto y conforme ya con su suerte. Soto no quiere darse por vencido, es ésa su última asamblea, allí, frente a ese paisaje maravilloso.
“Sois obreros, sois trabajadores, a seguir con la huelga, triunfar definitivamente para conformar una nueva sociedad donde no haya pobres, ni ricos, donde no haya armas, donde no haya uniformes ni uniformados, de haya alegría, respeto por el ser humano, donde nadie tenga que arrodillarse ante ninguna sotana ni ante ningún mandón. “

A la mierda con todo

A la mierda con todo lo que me hace mal. Lo que me entristece, lo que me duele, lo feo que está adentro, se aploma y no me deja volar. Ni avanzar.
Hoy tomo la decisión de irme a vivir sola y ver qué onda, cómo vivo. Afianzar lo que ya conozco y encontrar cosas nuevas; sabores, olores, colores nuevos.
De recorrer el mundo; exprimir ese recurso tan bello, más extasioso que la droga, cuando pueda y a mi manera. De vivirla! que la vida no es para siempre. Y mucho menos, la juventud.
Viva lo nuevo, lo bueno, los amigos, el río, el mar y la montaña; la ruta, la luna, el sol y las estrellas. La evolución y la revolución. Sentir la lluvia golpear la piel, oler la tierra mojada; mi tierra, pisar el pasto descalza, sentir las caricias del viento, y que me traiga recuerdos. De esos que te hacen sacar una sonrisa, y si cerrás los ojos te sentís ahí de nuevo. Viva todo eso!
Voy a tropezar, desde el vamos ya lo sé. Pero así avanzo, pruebo, degusto, disgusto; pero pruebo hasta encontrar lo mejor (a mi parecer). Y crecer. Viva también tropezar, entonces...
(obvio que una vez por error, no sea cosa que te acostumbres tropezar, hay que aprender del yerro, eso es crecer).

Tengo lo que quería y necesitaba para arrancar. Así que ahí voy





sábado, 1 de febrero de 2014

Un miércoles en mi nuevo laburo, escuchando...

Hay! ¿Cuánto falta para que sean cinco minutos?

Debutó a los 17 años, 3 meses, 33 días.